martes, 23 de febrero de 2010

Para qué más.

Si vamos a hablar del amor en la vida del hombre moderno, es necesario reconocer cómo el concepto en sí mismo ha perdido valor, y difícilmente llega a ser un fundamento escencial. Es cierto que para muchos es el fin último de nuestro carácter social en relación con el otro; pero también es correcto decir que, en las últimas generaciones éticamente promiscuas y sexualmente mal guiadas, el amor no llega a ser más que una condición, incluso un contratiempo, un error, un sentimiento imprudente, inútil, doloroso y contradictorio.
El amor es la última utopía; Es un ideal que en muchos casos solo nos da la ilusión de una razón para seguir adelante, y no siempre debe ser amor por un semejante: aquellos pilares del amor que predicaba Platón mueven a muchos aún hoy en día para no perder la poca esperanza que está tan arraigada en nuestra naturaleza.

Pero, el amor como fundamento, como una necesidad, como parte de nuestro instinto principal y primitivamente pasional, es, dejando de lado esa nube rosa de sueños imposiblemente románticos, una costumbre, más que un despertar de anhelo hacia otro individuo. Se nos enseña por todos los medios que el amor existe de alguna manera, que no podemos huir de él, que controla todas nuestras voluntades, que estamos vivos por amor y que no hay otra cosa por la que valga la pena morir. Y este discurso, relativamente moderno, es una de las tantas capas que usamos para mentirnos y hacernos más fácil la vida y la convivencia.
Si nadie hubiera tratado de dictarnos lo que es el amor, lo que se supone que debemos sentir por otro ser humano con el que nos identificamos, ¿no serían las relaciones reducidas a la selección del sujeto más apto para continuar la especie?

Ahora bien, no es que no haya que creer que ese "algo" que sentimos por la o las personas que nos infunden esa sensación de cariño profundo y bienestar ajeno, no exista; es este, después de todo, el que traza la difusa linea entre el bien y el mal. Simplemente opino que definimos mal el idilio del amor. Porque no es solo una mentira preciosista, o una fiebre que a todos nos daña mucho o poco, que no distingue fronteras étnicas, religiosas, sexuales o temporales. Todos hemos sentido que se nos mueve el piso, que nos pesa el cuerpo mientras inexplicablemente conseguimos flotar, que lo que decimos suena torpe y que nos volvemos insuperablemente obvios de repente. Todos hemos sufrido y hemos sido motivados por amor. Todos hemos odiado y agradecido sentirnos así, y aunque a veces no pasa de ser solo un concepto, no hay cómo negar que algo dentro de nosotros es más fuerte que todos nuestros argumentos y razones, y que ese algo, por gastado y ridículo que suene, es amor, y a pesar de todo, y a fin de cuentas, siempre es más aconsejable dejarse llevar.



"Aquí faltó la fuerza a mi elevada fantasía;
Pero ya eran movidos mi deseo y voluntad,
como ruedas cuyas partes giran todas igualmente,
por el amor que mueve el Sol y las demás estrellas."

Dante Alighieri, La Divina Comedia.

jueves, 18 de febrero de 2010

Escribo Sobre Como No Me Escribes

Fantaseo con que volvamos a pasar la noche juntos, con que sea posible, más allá de mi imaginación y de los juramentos de eternidad vacíos que desperdicia el amor, que seamos testigos del resto de nuestras vidas, que no lleguemos a desear a nadie más y podamos sobrevivir con el calor que nos provocamos; Fantaseo mucho. Lo sabes y lo sé. Sabes que no te pido nada, ni a la realidad ni a la vida, que no sea que me mires como la primera vez y fragmentes el tiempo en parpadeos, que me toques como si tuvieras que aprovechar un sueño al máximo, que me beses para robarme la oportunidad de huir y que me escribas de vez en cuando. Que me hagas ver que me necesitas como yo he llegado a necesitarte a ti. Sé que es una palabra encarcelante. Pero no sé que tanto te inquieta tenerme cerca. No se si se nos hizo una rutina vernos, querernos, si era que por estar en mi casa, no te me acercabas por que mis papás estaban atentos, si tenerme cerca no te da el mismo placer que a mi me da verte, respirarte, absorberte con cada grieta de la piel; no quieres perderte conmigo en la nada? no sientes que arriesgaría un mundo, 3 galaxias, 9 nebulosas y 4 supernovas por ti? que me muero por ti, que te extraño todo el tiempo, que aveces, incluso, me haces falta teniéndote de frente, porque en mi cabeza armo estos escenarios donde me tomas de las manos, me besas largamente y te fundes conmigo, que sé que no se cumplirán jamás, y tu no sabes que lo sé. Sé que no te es tan fácil escribir, que quieres que sea perfecto; Sé que quieres robarme el aliento y ver como se me transforma la sonrisa muchas veces. Sé que me quieres, si, me dices todo el tiempo que me amas; pero me gusta cuando lo escribes, porque me gusta tu letra, tus ligeros errores de ortografía, tu esfuerzo, y el detalle de que quisiste darme algo tan tuyo como esos pedazos de tu corazón que se quedan enredados cuando te refieres a mi. Me gusta cuando haces más que solo decirme que me amas. Te acuerdas que me gusta cuando me cuentas historias curiosas?, ojala recuerdes una y la compartas conmigo, aprendas a consentir y ser consentido, y me llames pronto.

Que Más Da...

No es que en realidad espere que leas lo que escribo, pero ey, el trip va a estar bien interesante.

viernes, 12 de febrero de 2010

You Can Look Back :;

Just Don't Look Down.

domingo, 7 de febrero de 2010

Just Say It.

HOY FUI FELIZ
Hoy suspiraba de esa forma que suele incomodar a los demás. Porque estuve contenta, plena, en paz. No hubo nada que quisiera cambiar, no hubo otro lugar a donde hubiera querido huir. Y es que ya no me preguntó por el resultado; no, ahora solo camino y me dejo llevar. Ahora SI me muevo, ahora si siento el aire fresco en la mejillas y el sol en los hombros. De pronto es la individualidad reencontrada, o que estando lejos de todo puedo abandonarme a amar las tenues melodías que salen de entre la facultad de música. No sé, no importa: HOY ESTOY FELIZ, y doy gracias por eso, porque esa calma que solo encuentro en las cosas sencillas, me es indispensable de vez en cuando.

Hoy presiento que voy a soñar algo delicioso.