lunes, 18 de julio de 2011

Si hubieras existido

Hubieras tenido la piel como de arena.
Moteada. Magnética.
Y yo no hubiera tenido que imaginarte
sentada a los pies de mi cama,
regalándome colores y luces.

§

Tu cabello lo recreo de varias maneras.
Dependiendo del tono del cielo,
podía ser de trigo o de caoba.


Tu boca habría sido muy pequeña
para el calibre de las palabras
que no podré hacerte decir.

Pequeña y sonriente,
como tu;
como para llevar en el bolsillo.