lunes, 31 de mayo de 2010

Ni de luto y en-latada

Mi mamá sigue repitiéndome que con girasoles no se cambia este país.

Y yo no se decirle más que: "Yo no espero que Mockus cambie el país, sino que construya las bases para hacerlo", que es lo que dice todo el mundo.

Eso también habría cabido en las camisetas y en los afiches. Porque al menos él si sabe intentarlo. Y quizás lo que le haga falta al país sea eso: un viejo que además de corrido, es verde biche, y que sería capaz de ponerle el culo a la adversidad las veces que haga falta con tal de que un pueblo muerto de un hambre que ya trasciende lo físico, se sonría aunque no esté siempre de acuerdo.
No estoy de luto por la brillante oportunidad que perdimos, si es que es esa la razón. Más bien me cabrea y me decepciona la gente que predica de un hombre como Santos que ni los tacones se embarraría por bajar a formar parte del resto de nosotros. Lo único que le agradezco a Uribe es que pueda viajar en bus por las carreteras del país. Pero por todo lo demás, nos han embrutecido el progreso y las mejoras selectivas, dejandonos ver especialmente las cosas que se mostrarían en un catalogo de turismo.

Si bien es cierto que cualquier opinión que yo pueda generar sobre la política es del montón, y hasta calcada, la de aquellos que votan por un candidato del que nadie (creo que ni quienes le votaron) espera nada innovador no está muy lejos de ser una jugada guiada por miedo a lo que no se ha probado, que en esta ocasión, habría gustado a más de los de siempre.

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