
Soy la sombra de alguien que nunca existió
y mi vida es una película que no he visto;
Y tengo una ligereza de corazón
que me impide ser realista.
Soy la de la sonrisa triste, mirada
ausente, y pasos repetidos;
La que ni es niña ni es mujer.
La que en otra vida fue una nube dispersa, uno y todos lo colores, el lado oscuro de la luna, un vals, una ola del mar, una caricia o un parpadeo; algo efímero, diáfano y contradictorio.
De adentro hacia afuera, y de tripas corazón. Un mercado negro de ilusiones partidas en pedazos impares, distribuidos desinteresadamente sobre los momentos
enterrados en mi semblante pálido.