Es curioso que casi todo es como al principio, cuando las miradas esperaban ser testigos de que llegaríamos lejos y las sonrisas antes, durante y después de un beso eran breves y plenas. Que cuando te lo propones me erizas la piel y yo genero un cosquilleo sobre tus hombros. O aun mejor, saber que lo ideal es posible.
Casi, porque después de cualquiera que sea el tiempo que hemos sumado, ciertas cosas han perdido lustre, o se han agrietado y desgarrado, y no pueden cubrirse del todo
Casi, porque hemos cedido todo, exhibido todo, dispuestos a cualquier cosa
Casi, porque no puedo decir que sienta lo mismo que aquel primer sábado de helados de mandarina y besos con problemas de aterrizaje. Porque siento más, siendo este solo el presente.