martes, 13 de octubre de 2009

Insomnio

No puedo evitar notar que aquí ya estuve antes; entre colores deliciosos, andando en círculos sobre una música que tararea solo una oportuna melancolía, con la piel fría y la promesa ajena de dormir con una sonrisa.
Aquí sueño que sueño con deidades de piel inmadura y brazos múltiples, capaces de caricias exageradas y mamarrachos celestes.
Aquí recordé, en una fracción deformada, estirada, superpuesta de segundo, como es que se encienden los ojos y retumba en el claro de luna una carcajada nubla al ritmo de mi corazón que sospecho taquicárdico. . .

Me gusta estar aquí.