domingo, 24 de enero de 2010

Softer Than Shadow

- Gabo?
- Si?
- Qué harías si te pidiera que me hicieras el amor?
- ... ; Te diría que no sabría muy bien como hacerlo. Luego, te desvestiría y te besaría todo el cuerpo...
- Cómo?
- Desde la base del cabello hasta la punta de los pies.
- Y luego?
- Te acercaría al máximo, para consentirte hasta que te duermas, y asi mirarte tanto como pueda.
- Gabo?
- Hm?
- Me haces un favor?
- No sé bien cómo
- Déjate de bobadas
- Y tu dime sin vueltas que quieres
- Quería que me hicieras el amor, pero en este momento no te amo lo suficiente
- Lo mismo te digo

viernes, 22 de enero de 2010

22'ces

De hoy no me quedaron muchos recuerdos,
amor.
Pero el sundae de pie de limón estaba delicioso ;)

Gracias de nuevo por tus besos, tus manos cálidas y tu interés.
Aveces no sé que haría sin ellos.


domingo, 17 de enero de 2010

sábado, 16 de enero de 2010

Softer Than Shadow

Creo que fue Alejandro el que me invitó a la fiesta, y le dije que sí sin saber de quién era. Llegamos a la finca juntos, una finca tan metida en la noche, que nos perdimos varias veces antes de llegar. La casa era chiquita, de un planta, toda de cal y techo de guadua.
Entramos y Alejo saludó a todo el que se encontraba, a unas niñas que yo no conocía las saludo de beso, siempre volteaba a mirarme y decía "Mira, Gabo, te presento a un amigo; también le gusta pintar como a vos". Alejandro no era caleño, argentino ni paisa, pero le gustaba hablar de VOS. Yo solo pensaba que por ambos pintar no íbamos a caernos mejor. Pero siempre me mordía la esquina del labio, como queriendo evitar que se me saliera el comentario y le hacia un gesto al amigo mientras miraba a otro lado y Alejo le preguntaba cualquier tontería. Salimos a la parte de atrás de la casa porque alguien le dijo a Alejo que lo buscaba una niña. "Pero no lo quiero dejar solo" me dijo cuando cayó en cuenta. Fresco que yo me busco un rincón, le dije; me sonrió agradecido y se fue buscando por encima de la gente.

Ya se había ido casi todo el mundo y Alejandro no aparecía. Yo terminé recostado en un lado de la casa que daba a la piscina. Todavía tenían música, pero no estaba muy alta y no era muy movida. En frente había un pequeño kiosco con mesas de billar y mucha gente, pero nadie conocido. Se me empezaba a dormir una pierna. Me asomé porque sentí que alguien venía y vi a una niña salir de la casa. Se sentó a la orilla de la piscina, se quitó los zapatos y metió los pies al agua. Me quedé mirándola casi descaradamente y debió saberse observada porque se volteó y me encontró facílmente. Y me sonrió. Me saludó con esa sonrisa y yo le sonreí muy pobremente de vuelta. Cerró los labios y devolvió su vista al agua. En el kiosco había niñas sentadas en las mesas de billar mientras los hombres les hablaban de cerca. Había un humo dulce por todas partes. El reflejo del agua rayándome la silueta. Y su sonrisa. Volteé a verla, y pensé que se había quedado dormida, recostada sobre el pasto con los pies aun sumergidos. Me levanté, quería irme, pero mi pierna dormida no me sostuvo y caí sentado.
No quería darme cuenta, pero me estaba mirando otra vez. Volví la vista y la dirigía a su boca sonriente. "Estás bien?". Si, le dije, bien; solo se me durmió la pierna. Un tenue "mmh" vibró en sus labios. "Tu eres al que le gusta pintar?" Si, le dije. Luego le pregunté que si sabía donde estaba Alejandro. "No lo conozco". Ah, dije tontamente. "Te llamas Gabriel, no?". Aja. Se quedó pensando, viéndome de arriba a abajo. "Me harías un favor sin preguntarme porque o decirme que no?" Mm, bueno. "Te recostarías acá y me tomarías de la mano?" dijo señalando el espacio a su izquierda, tendiendo su antebrazo bocarriba y alargando los dedos; recorrí cada uno de ellos con los ojos hasta llegar a su rostro azulado. Me levanté y fui hasta su lado, enredé mis dedos en los suyos y me tendí lo más cerca posible. Con su pulgar acariciaba el dorso de mi mano y sentí que debía estar pensando en alguien. Mire al cielo y conecte las estrellas con la forma de su boca. Quizás ella sentiría que la estaba pensando. Giró su cara en mi dirección y casi me sentí culpable. Me arregló el cabello quitándomelo de los ojos y los miró por separado. Deslizó la punta de su índice derecho por mi mejilla. Reposó su mano sobre su vientre ascendente, exhaló y entonces se quedó dormida.

Así fue como conocí a Lorena.

jueves, 14 de enero de 2010

Porque hubo una vez una niña que siempre estaba triste

Pero creció


Y se fue lejos de casa, a una ciudad con el aire dañado, el cielo sucio y las calles rotas; Y ya no le gustan los finales felices, ni cree en la gente sin amparo, y su corazón ya no siente lo que sus ojos no ven, dificílmente se ríe a carcajadas y se consuela con el sonido de la mañana. Selló su pecho y contrajo sus sentidos, enfocando así su narcosis en perder la mirada en el infinito que le antecede a sus pasos de talones arrastrados.
Mañana será otro día en esta la ciudad capital.
Pero hasta entonces, solo me queda ver que pasa mañana.

Eso, o que quizás te vea?

Sabes que, aun después de todo este tiempo me dan ganas de escribirte? Desde esas pequeñas notas que hacíamos caber en las esquinas del papel de los cuadernos del colegio, hasta esas largas cartas enredadas en caricaturas de nosotras mismas. Claro que entonces lo que te decía era diferente a lo que te diría ahora. Por ejemplo, solía decirte cuanto te quería y trataba de hacerte sonreír como fuera; anotaba alguna tontería que hubiera marcado el día o te dibujaba lo que se me pasara por la mente. Intentaba hacerte notar lo importante que eras para mi y te deseaba cosas bonitas. No es que no te desee cosas buenas, es solo que ahora no te lo haría saber porque no creo que lo valga. Por lo mismo, ya no te diría que te quiero y eres especial, y no llenaría los marcos del papel con mis sueños mas retorcidos o las cosas que me harías imaginar. No, no podría, y es mas que nada porque ya no tengo razones para escribirte, y alinear frente a tu ahora respingada nariz las cosas que me hacías pensar y sentir, aun cuando eso no ha quedado del todo en el pasado. Porque admito que aun pienso en ti, pero no como siempre digo que lo hago. Admito que me hubiera gustado que al menos una vez hubieras escrito algo para mí, y que no sé como aun eres, de una forma distante, la razón por la que escribo a la 1 de la mañana. Admito que me gustaría no haberte dado esa última carta, por lo mismo, porque no creo que sirva de nada decirte esas cosas, y admito, por encima de todo lo demás, que sueles hacerme falta, pero ignoro como puedo esa sensación, porque sé que, cuando de ti se trata, no me va a llevar a ninguna parte.

sábado, 2 de enero de 2010

So Good So Far

Es interesante como incrementan nuestras esperanzas por hacer algo diferente cuando vuelve Enero; Yo quisiera superarme en muchos niveles, tomar mas agua y perder esos ciertos-tantos kilos que he sobrellevado toda la vida, reencontrar mi fe en la gente, volver a sentir mariposas en el estomago, reirme mas.
(Si, es mi lista de propositos)

2 de Enero de 2010, y el Jueves que viene cumplo 18.
DIEZ & OCHO

Y como siempre, me siento en algun lugar entre el numero de las velas y los ultimos años de experiencias y recuerdos mal apilados; Pero, en fin, para eso espero que reinicien los meses, y poder imaginar nuevamente que tendre oportunidades de cualquier tipo, que este sera mi año y quiero vivirlo como el ultimo.
Ser oficialmente adulto frente al que le saque la cedula, y cruzar ciertos limites es solo un efecto secundario.

El año y yo cumplimos uno mas.
Quiero que lo valga.