Y se fue lejos de casa, a una ciudad con el aire dañado, el cielo sucio y las calles rotas; Y ya no le gustan los finales felices, ni cree en la gente sin amparo, y su corazón ya no siente lo que sus ojos no ven, dificílmente se ríe a carcajadas y se consuela con el sonido de la mañana. Selló su pecho y contrajo sus sentidos, enfocando así su narcosis en perder la mirada en el infinito que le antecede a sus pasos de talones arrastrados.
Mañana será otro día en esta la ciudad capital.
Pero hasta entonces, solo me queda ver que pasa mañana.
Mañana será otro día en esta la ciudad capital.
Pero hasta entonces, solo me queda ver que pasa mañana.
